Puede que fuera aquel día que comiste alubias con chorizo y te entró uno de esos apretones que duelen de verdad; Puede que fueran solo las ganas de tirar-te un pedo mientras estabas en aquella exposición, por cierto, a la que asististe como un verdadero intelectual: wikipediando al autor, citando a contemporáneos, contextualizando la época de las pinturas,... Puede que fuera ese día o cualquier otro en el que saliste disimuladamente de la sala 2 para liberar gustosamente tu excedente de metano corporal. Aquél día, en el momento de gran placer que supuso aquel alivio gastrointestinal, tuviste la mala fortuna de que tu pareja, a la que conociste una semana antes, no sin grandes esfuerzos ni sacrificios económicos, siguió tus pasos hacia fuera mientras te veía abandonar la sala 2 pensando que algo malo te ocurría.
Muchas veces te preguntas porqué después de la primera cita nunca más vuelves a saber nada. Esa vez no lo hiciste.
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Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.
Juan Ramón Jiménez
XD En momentos así uno desea la muerte instantánea. xD Aunque luego te acabes riendo (qué remedio...)
Siltha
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