Pfizer

0c

16/7/08

La noche cae cuando el día pasa, mentes se juntan a contarse vidas y relacionarse historias, lazos de confianza que mirar a los ojos estrecha; el Tiempo nos impide ordenar; topamos con la injusticia del olvido, anomalías habituales del humano. Sin embargo todo impregna, todo sacude las mentes disipadas que desorientadas conducen (por senderos desconocidos y fascinantes) a cuerpos adormecidos, matados por el sulfuro urbano. Aunque todo queda, solo por que todo suma: los que te contradicen porque te adoran (por qué te expanden), te escuchan mientras te hablan, te llaman por intuiciones suyas, buenos deseos, mensajes sin convincentes palabras a pesar de que "sí", me ayudas (y supongo me importas).

Me ha sido concedida la gracia del tiempo dentro del Tiempo, que yo empaqueto y reparto, elijo y extraigo, sudo y noto por los cuatro costados. No puedo admitirlo entero, ni existe libreta capaz de seguir cual frenético ritmo de nubes negras que nos empapan y abandonan. Pero ¡qué más da! es hora de sentirse iguana (no hay Tiempo, el que nos combate porqué sabe que nos vence, pero si está nuestra gracia (la del tiempo) concedida por el Tiempo), cargarse al sol, fuente de los estímulos, dejarse bañar por manantiales de lo positivo; de todo lo que somos y elegimos serlo; a los que tocas (aunque solo con el alma sea).

0 reacciones:



Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

anomalías habituales © 2009