Aquí Houston, creo que tenemos un problema

4c

16/2/06

Si hay días en los que uno se siente particularmente inspirado y motivado, en los que te sientes capaz de cualquier hazaña y tu ego resuena por todas partes, contagiando a quienes están a tu alrededor de tu buen humor e impregnando de tu carácter al resto, por la misma regla de tres existen también aquellos días en los que sabes que por mucho empeño que pongas en algo, los resultados no van a convencerte, el mínimo roce te va a poner de mal humor y cualquier comentario te va a parecer mal insinuado. Y no sé si es por la misma aura de negativismo, falta de confianza o de incomodidad, o como uno quiera definir a “esos días malos, pero lo cierto es que precisamente es en esos días en los que todos nos sentimos fervientes devotos de Murphy y sus leyes. Es en esas circunstancias cuando el mínimo atisbo de un problema se convierte en la más grande de las catástrofes. Pero si bien es cierto que se nos acumulan, una detrás de otra, situaciones, digamos que desfavorables, que son las que van empeorando nuestro día, también es verdad que, por el otro lado, las resoluciones que tomamos para que así sea, nos condicionan exageradamente para que así sea. Es decir, si se nos metió en la cabeza que Hoy es un día malo por un par de circunstancias particulares que nos jodieron, vamos a ser nosotros, con nuestro empeño de que Es un día malo, quienes vamos a seguir jodiendo ese día, por mucho que algo bueno nos haya pasado después, o por mucho que alguien nos insista en pormenorizar lo que nos haya sucedido. Así que, una vez más, y característica específica del género humano, nos convertimos en víctimas de nuestra propia debilidad, al no saber relativizar lo que Tan malo nos parece. La de la objetividad, por otro lado quimera imposible (lo sé), y su pérdida, sumado al mal humor y la negatividad, que como el miedo, nos impiden ver la realidad de las cosas, generan en nosotros ese efecto negativo en cadena, de no fácil solución. Muchas veces, y supongo que gracias a la mitología popular, se asocian estos estados pasajeros, y cuidado: no me refiero a depresiones o problemas realmente graves, supongo que lo dejé claro, se asocian, decía, con el paso de una jornada, con lo de beneficioso que ello comporta, ya que, al no saber superar por nuestra propia cuenta ese estado que por otrora nosotros mismos hemos agravado, nos garantiza, casi con toda seguridad, que Mañana será otro día [mejor que hoy].

4 reacciones:

  1. Jajajaja, es cierto, es una espiral de mala pata que nos vamos creando. Como eso de que si le das un golpe a la estantería, para evitar que caiga una figura, te enganchas el pie en la alfombra y tiras la lámpara, que golpea la mesa... Yo lo que suelo hacer es echarme a dormir la siesta si puedo, y así toda mi negatividad se esfuma y un día malo puede convertirse en bueno. ^_^

  2. Good design!
    [url=http://lebkaken.com/wdlo/pzvq.html]My homepage[/url] | [url=http://qffzrhxi.com/hbfj/vevc.html]Cool site[/url]

    Anónimo

    1:04
  3. Great work!
    My homepage | Please visit

    Anónimo

    1:04
  4. Well done!
    http://lebkaken.com/wdlo/pzvq.html | http://pmwmxokx.com/ferb/vjlx.html

    Anónimo

    1:04


Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

anomalías habituales © 2009