De Irún a Bristol parte uno

4c

11/2/06

Siempre hay una primera vez para todo, dicen. De hecho, en multitud de ocasiones en las que hemos experimentado algo nuevo y lo hemos comentado, concluyendo nuestra explicación a modo de, No me había sucedido nunca, de lo que nos responden, Siempre hay una primera vez para todo, pues bien, en estas situaciones, que es en un noventa y nueve por ciento de las veces en que se menciona esta dicha, el decirlo se convierte en algo, después de arduas reflexiones en torno al tema, en algo absurdo o si no más bien en algo trivial. Si nos paramos a pensarlo, no tiene ningún sentido decir lo mismo en otras situaciones, es más bien, como ya he dicho, cuando a alguien le sucede algo por primera vez cuando se utiliza, y por ese mismo motivo pierde toda la efectividad y sentido; no por experimentar algo nuevo vamos a padecer o beneficiarnos, como se quiera entender, de todas y cada una de los mil y un millones de cosas distintas que nos pueden suceder – padecer o favorecer – y que supondría una primera vez, algo nuevo, en cada una de esas veces. El decir que siempre hay una primera vez para todo no significa que nos vaya a suceder todo. Aunque tampoco soltar una trivialidad debe por que caer en el absurdo, se puede y suele utilizar, también, más como: o uno, un consuelo, o dos, para llenar un incómodo silencio, o tres, para decir algo en respuesta a algo que nos parece una estupidez, o cuatro, para decir algo en respuesta a algo que nos parece poco o nada interesante, o cinco, para pensar alguna respuesta más elaborada durante el tiempo que transcurre entre que sueltas tu la frase y el otro responde a la tuya. Aunque bien pensado, tampoco estaría mal que siempre nos ocurriesen cosas nuevas, y no pido solo cosas buenas, sino simplemente nuevas, como esas que a uno le ocurren siempre que viaja a un sitio desconocido, un sitio precisamente eso: nuevo. Y es que,
Cuando uno pisa un sitio desconocido le embargan un cúmulo de sensaciones también desconocidas. Si el trayecto es por tierra, esas percepciones le invaden a uno progresivamente, si el trayecto es por aire, el shock es instantáneo. Los cinco sentidos se nos abren superlativamente, se está pendiente de todos y cada uno de los detalles y de señales que el nuevo entorno nos lanza y nos ofrece. Nuestro cerebro va más acelerado, se cuestiona, analiza, procesa y escanea a una velocidad fuera de lo habitual. Es en parte por eso porque en los viajes el tiempo nos parece pasar tan deprisa; la información a procesar es mayor y se realiza a más velocidad, lo que nos mantiene más ocupados, sin distracciones, sin aburrimiento.
Así, en nuestro nuevo medio, los estímulos externos son múltiples y continuados de inicio, para luego ir disminuyendo progresivamente. Sin embargo, de lo que nos vamos percatando con el tiempo es de los aspectos no tan perceptibles sensorialmente, quiero decir: cuando, por ejemplo, bajamos del avión, lo que nos va a llamar la atención principalmente van a ser los olores, la temperatura que hace, los sonidos que oímos, así como lo que la vista nos ofrece, por tanto recibimos la información de lo superficial del nuevo entorno, lo que los sentidos nos ofrecen. En cambio, a medida que más tiempo pasemos en aquél nuevo paisaje, más vamos a desmenuzar y a poder observar aspectos no tan perceptibles de inicio, como por ejemplo: el carácter de las personas de aquél pueblo o aquella ciudad, la variabilidad del tiempo, las costumbres a la hora de comer, las peculiaridades de la gente, los déficit, etc. Aunque desde luego eso no podría suceder sin que nuestros sentidos hubieran estado todo ese tiempo recogiendo información, que a lo largo de los días, como a modo de rompecabezas, nuestro cerebro ha ido encajando poco a poco y así nosotros construyendo el mapa personal de aquél lugar.
     En definitiva, que hablando de cosas que nos suceden por primera vez, así como de sensaciones nuevas y de sentidos hipersensibilizados me excedí en longitud y no hablé de lo que en primera instancia en mi cerebro – ahora carburando a velocidad estándar – tenía planeado: hablar de mi viaje a Irlanda. De cualquier modo, y debido a la longitud excesiva, por la pereza de leer algo tan largo, que el texto inicialmente proyectado fuese incluido seguidamente, lo pospongo, con el compromiso de que así sea, para la siguiente ocasión.

4 reacciones:

  1. Buf, te has liado mucho escribiendo esto... Jejeje. En cuanto a lo de los sitios desconocidos por aire, totalmente de acuerdo.

    Espero tu post del viaje a la Isla Esmeralda. ^_^

  2. Thank you!
    [url=http://plyztmta.com/olmn/lche.html]My homepage[/url] | [url=http://icurnedr.com/dvkz/zsau.html]Cool site[/url]

    Anónimo

    1:06
  3. Anónimo

    1:09
  4. Thank you!
    http://plyztmta.com/olmn/lche.html | http://osmqamjy.com/umxr/kdim.html

    Anónimo

    1:11


Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

anomalías habituales © 2009