termitas

1c

28/10/08

Todo debía ser aquel día. mientras veía sus hombros agazaparse para evitar mojarse sabía bien lo que ocurriría. hablábamos y hablábamos de aquel silencio. paró el reloj de girar y girar como nunca hasta aquel entonces había dejado de hacer, infatigable siempre sobre si mismo. grano a grano fuimos derramando los sueños de nuestro amor que de tan maravillosos tan increíbles parecían entonces. el reloj dejó de moverse a nuestro alrededor y de él arena empezó a caer, a irremediablemente vaciarlo todo. desvaneciendo los espejismos de la hipocresía, tomando conciencia de las palabras ocultas que amenazantes nos sobrevolaban, pidiendo ser dichas, aunque solo por compasión fuera. escondidas ya detrás de silencios que incomodaban y empezaban a ser insoportables (porque sabíamos lo que en realidad reprimían). gritos de auxilio y terror que emanaban angustiosos, incapaces de mutarse en sollozos de sinceridad. incapaces los dos estúpidos cobardes de mirar más allá de aquella extraña solución que nos envolvía en un manto de silencio, fruto del miedo a encontrarnos solos en el desierto. mientras tanto llovía y llovía dentro de aquellos muros que las palabras construyeron diáfanos y que el silencio, grano a grano incesante como la lluvia como ávida termita había empezado a desgastar, había empezado a corroer. convirtiendo el sudor del esfuerzo en arena, en desierto, aquel del cual ilusamente pretendíamos escapar.

1 reacciones:

  1. quina història més trista...

    Anónimo

    0:41


Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

anomalías habituales © 2009