Murphy's law

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16/11/05

Hubo un conocido pesimista (aunque muchos prefieren llamarlo optimista bien informado) que blasfemó en cierto momento de frustración una regla que al final se quedó en algo así: si algo puede ir peor, irá peor. Pues bien, Edward Murphy, un trabajador de una base militar norteamericana, formuló esta apreciación durante un ensayo que pretendía medir la fuerza g (es decir la fuerza de la gravedad) en un cuerpo humano durante un choque. El experimento se desarrollo bajo sus indicaciones, y consistían en colocar un aparato en el cohete/módulo que debía estrellarse. En principio se probó con muñecos del tipo dummie, pero había que probarlo en humanos, y un capitán se prestó voluntario. En ese momento, el ayudante de Murphy dispuso todo para que se pudiera medir la fuerza g producida durante el choque. El primer intento se hizo con un chimpancé (siempre son animales los que “prueban” antes de asumir nosotros mismos el reto) y el resultado fue que el aparato que debía medir, no midió nada. Murphy, al comprobar que aparentemente algo se había instalado mal, profirió unas palabras a su asistente, diciéndole: “si ese chico tiene alguna forma de hacerlo mal, lo hará mal”.
Parece más bien increíble como una simple observación, por más aguda y punzante que pueda ser, haya llegado a ser tan conocida. El método de difusión de la misma no tiene gran trascendencia; aunque fue durante una conferencia de prensa del capitán que debía realizar el experimento, que conoció la luz. Sin embargo, a raíz de ahí, una corriente se desarrollo en torno a la idea general que reside en la frase: si entre todas las opciones que existen para realizar una acción, existe una errónea, esa, por muy improbable que sea, va a suceder en algún momento.
Por ejemplo, en el mundo informático, los discos “viejos” de 5 ¼ pulgadas, podían ser introducidos de diferentes formas, aumentando las posibilidades de dañar el disco duro. Los de 3,5 pulgadas ya tienen menos posibilidades de ser mal introducidos, y en cuanto a los CD o los DVD la única posibilidad de introducirlos mal es haciéndolo al revés. Lo que no significa que nadie lo vaya a hacer. Por lo tanto, la deducción general a todo ello es que por mucho que se perfeccionen las cosas para intentar hacer imposibles las fatalidades, siempre habrá un escollo por donde se colarán.
Desde entonces ha llovido mucho y se ha escrito y pensado mucho sobre ello también, algunas de las frases murphynianas que se desarrollaron hasta hoy son también conocidas: Si se te cae una tostada con un lado esparcido de mantequilla, ese será el que caerá sobre el suelo; todo lleva más tiempo del que tu crees; nada es tan fácil como parece; cuando estás en una cola de tráfico, la tuya es siempre la que más lento avanza; si algo parece ir bien, evidentemente es que algo se te pasó por alto; cada solución genera nuevos problemas; si algo simple no puede ir mal, de todos modos irá mal.

Info sacada de wikipedia.org

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Juan Ramón Jiménez

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