Solo un poco de humildad

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19/5/07

Hoy quiero pedir perdón a todos aquellos que padecieron mi libertad.

A los que no escuché mientras hablaban,

A los poetas y escritores que no sufrí por terminar: no os soporto y os pido perdón por ello,

Muy especialmente a quienes vieron los recuerdos que, muy a pesar mío, tuve que dejar en alguna que otra esquina por la dicha de mi tos crónica (admitámoslo ya),

Por impedir que vieran aquellos que les tocó estar a mis espaldas,

Por las risas crueles y cínicas con las que a veces redimo mis carencias,

A todos los que debí dejar cruzar: a veces no paré por no veros, algunas otras por sentíir envidia de no ir andando,

Por todas las llamadas que prometí,

También debido a las fuerzas que flaquean y tanto me impiden ayudarte,

Por la fortaleza que no consiguió que la sinceridad hablara,

Por la envidia que sentí,

Por ahorrarme aquellos elogios,

Por apagar la luz en el momento que Yo decidí hacerlo,

Consuélame por todo lo que no hice y debí hacer,

Por todo el papel que usé,

Por decir lo que quiero y no lo que [debo]siento,

Por todo para lo que se me olvidó pedir perdón,

y perdón, por favor perdón por escribir perdón y no pedir perdón.

Sucede (ideas contenidas)

1c

10/5/07

Puede que fuera aquel día que comiste alubias con chorizo y te entró uno de esos apretones que duelen de verdad; Puede que fueran solo las ganas de tirar-te un pedo mientras estabas en aquella exposición, por cierto, a la que asististe como un verdadero intelectual: wikipediando al autor, citando a contemporáneos, contextualizando la época de las pinturas,... Puede que fuera ese día o cualquier otro en el que saliste disimuladamente de la sala 2 para liberar gustosamente tu excedente de metano corporal. Aquél día, en el momento de gran placer que supuso aquel alivio gastrointestinal, tuviste la mala fortuna de que tu pareja, a la que conociste una semana antes, no sin grandes esfuerzos ni sacrificios económicos, siguió tus pasos hacia fuera mientras te veía abandonar la sala 2 pensando que algo malo te ocurría.

Muchas veces te preguntas porqué después de la primera cita nunca más vuelves a saber nada. Esa vez no lo hiciste.


Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

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