Op 6 No 1 en do menor

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29/11/05

escucha el sonido que emana
de aquellos sin voz.
rescata como grito sordo,
porque se sabe que es su alma
 
suenya, permanece estático
llora que nadie te escucha
solo siente que no lucha
tu música, profético
 
ya no puedes esconder
porque ellos saben responder.
diles que no puedes contar,
mas ella. la música lo va a hacer. 

Al'lahu akbar

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24/11/05

La cultura occidental arrastra una serie de valores y significados respecto a los individuos que se recogen en lo que universalmente se conoce como Derechos Humanos. Termino surgido después de la Segunda Guerra Mundial y cuyo formato se materializa a través de la Carta de Derechos de los Hombres. Los artículos son la consecuencia de un legado histórico y filosófico. Todo el articulado emana esencialmente de la Ilustración y del principio de libertad individual. En base a toda la historia del pensamiento occidental fueron creados, en base a un común acuerdo que incluye toda la filosofía precedente pero a la vez conlleva una aceptación general, es decir, un tipo de contrato social. Es la evolución de todo el pensamiento occidental, con la influencia de los hechos o revisionismos históricos, lo que proporciona la base de que hoy, nuestra sociedad, se fundamente, entre otros pilares, en el respeto por los Derechos Humanos.
Pero que sucede cuando estamos hablando de una sociedad no-occidental? La hegemonia de occidente, escenificada por el poder económico (el capitalismo de mercado), pero que se refleja también por una hegemonía de carácter cultural, pretende, del mismo modo, imponer sus Derechos Humanos. El relativismo cultural es un término que muchos han usado para justificar prácticas a nuestros ojos intolerables, pero del que no podemos prescindir totalmente.
La lucha por la propagación de nuestros Derechos Humanos no debe hacerse desde la imposición. Al contrario, cualquier imposición en el pasado trajo horrendas consecuencias, ya que las culturas que sienten que les estan imponiendo valores que no les son propios, tienden a reforzar y a radicalizar los suyos. Y no negemos que hay prácticas, que por muy arraigadas que culturalmente esten, no deben por eso pasar desapercibidas.
Qué hay que hacer entonces con problemáticas como el rol de la mujer en el Islam? Rol que implica en ciertos países la aplicación de la shari’a o Ley Islámica, y que puede conllevar por ejemplo practicar lapidaciones, ablaciones, etc. Des de luego que no hay, bajo mi punto de vista, permitir ese tipo de prácticas. Pero el modo de eliminar esas prácticas no debe ser atacando al conjunto de la sociedad-religión que las practican, en este caso al Islam, ya que de ese modo se cae en generalizaciones que desde luego no se acercan a la realidad. Se tiende a criminalizar a la religión en su conjunto, lo que provoca más odio hacia occidente por parte de sus practicantes.
Lo que hay que hacer es promover el reformismo, es decir, inducir a que sean los mismos miembros de las distintas culturas los que pretendan cambiar tales prácticas inaceptables. Acaso no se tardaron siglos en alcanzar nuestros Derechos Humanos? No hay duda que nuestra influencia puede ejercer una fuerza positiva, pero sin caer en la tentación, a la que tantas veces hemos sucumbido, de mirar al resto de culturas como inferiores o retrasadas, ya que de ese modo solo lograremos incrementar el sentimiento que existe respecto a que el mundo occidental pretende dominar al resto. Si se promueve el reformismo desde campos como la educación o la presión política internacional hacia las reformas legislativas, se puede avanzar mucho más que invadiendo países o explotando económicamente.
A pesar de todo, muchas preguntas se me abren en la mente: que hay de las prácticas “culturales” inaceptables que se practican en los propios países occidentales? Que hay de la integración de los inmigrantes? Que sucede con las prácticas inaceptables que nosotros practicamos hipócritamente y cerrando los ojos en otros países?
Vamos a reflexionar un poco antes de criticar a tal o cual cultura o religión. Vamos a mirarnos un poco más a nosotros mismos, ya que no somos tan ideales ni tan superiores como creemos ser, y vamos también a aprender cosas buenas de las demás culturas. Qué cosas positivas sabemos nosotros de las demás culturas? Por ejemplo, del Islam? O es que acaso creemos que no tienen nada positivo?

teleskope

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17/11/05

Nunca uno puede estar realmente convencido de nada. Bajo esta premisa, todo ocurre de un modo relativo. Uno puede pensar sobre algo e hacerse sus hipótesis al respecto, pero por muchas indicaciones que uno tenga o por mucha seguridad que sus indagaciones le aporten, no va a disfrutar de la tranquilidad que, eso si, quizá intente aparentar. Resulta frustrante el pensar que uno tiene la seguridad de que sabe algo que, por otra parte, no puede comprobar. Es menos angustioso no tener ni siquiera sospechas infundadas; es preferible ser ignorante si eso que nos preocupa no va a influirnos de una forma dramática, por lo menos si no lo va a hacer en un corto plazo. Al contrario, el saber aquello que no podemos comprobar si nos influye: negativamente.
La mejor forma de salir de dudas, ya que la ignorancia aquí solo se contempla como una posibilidad deseada y el hecho es que sabemos aquello que no podemos saber con seguridad, es meditar seriamente si aquello realmente no tiene posibilidad de ser revelado, o si por el contrario, podemos encontrar la forma de que se nos revele. Por el otro lado, tenemos la opción de tomar en consideración el que eso nos preocupe en exceso, y quitarle importancia, ya que como dije, si sabemos (aunque como nada es seguro tampoco ayuda demasiado saber, porque mas bien creemos saber) que aquello no nos va a influir en un corto plazo, tampoco no debe obsesionarnos. Además, eso nos puede ofrecer la posibilidad de influir en eso para que la influencia a largo plazo se convierta en una influencia en ningún plazo.
Aunque, como podemos mutar algo que nos preocupa y que además no sabemos con seguridad pero que sabemos que algo es, en algo que no nos influya nunca, si no hay nada que podamos hacer que nos aporte la suficiente tranquilidad para no preocuparnos de que algún día suceda?
La respuesta a esta incomprensible reflexión reside en que: uno debe creer en lo que uno cree saber, por que damos por bueno que siempre vamos a estar equivocados, también podemos creer que son los demás los que se equivocan, por que también se equivocan, no?

Murphy's law

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16/11/05

Hubo un conocido pesimista (aunque muchos prefieren llamarlo optimista bien informado) que blasfemó en cierto momento de frustración una regla que al final se quedó en algo así: si algo puede ir peor, irá peor. Pues bien, Edward Murphy, un trabajador de una base militar norteamericana, formuló esta apreciación durante un ensayo que pretendía medir la fuerza g (es decir la fuerza de la gravedad) en un cuerpo humano durante un choque. El experimento se desarrollo bajo sus indicaciones, y consistían en colocar un aparato en el cohete/módulo que debía estrellarse. En principio se probó con muñecos del tipo dummie, pero había que probarlo en humanos, y un capitán se prestó voluntario. En ese momento, el ayudante de Murphy dispuso todo para que se pudiera medir la fuerza g producida durante el choque. El primer intento se hizo con un chimpancé (siempre son animales los que “prueban” antes de asumir nosotros mismos el reto) y el resultado fue que el aparato que debía medir, no midió nada. Murphy, al comprobar que aparentemente algo se había instalado mal, profirió unas palabras a su asistente, diciéndole: “si ese chico tiene alguna forma de hacerlo mal, lo hará mal”.
Parece más bien increíble como una simple observación, por más aguda y punzante que pueda ser, haya llegado a ser tan conocida. El método de difusión de la misma no tiene gran trascendencia; aunque fue durante una conferencia de prensa del capitán que debía realizar el experimento, que conoció la luz. Sin embargo, a raíz de ahí, una corriente se desarrollo en torno a la idea general que reside en la frase: si entre todas las opciones que existen para realizar una acción, existe una errónea, esa, por muy improbable que sea, va a suceder en algún momento.
Por ejemplo, en el mundo informático, los discos “viejos” de 5 ¼ pulgadas, podían ser introducidos de diferentes formas, aumentando las posibilidades de dañar el disco duro. Los de 3,5 pulgadas ya tienen menos posibilidades de ser mal introducidos, y en cuanto a los CD o los DVD la única posibilidad de introducirlos mal es haciéndolo al revés. Lo que no significa que nadie lo vaya a hacer. Por lo tanto, la deducción general a todo ello es que por mucho que se perfeccionen las cosas para intentar hacer imposibles las fatalidades, siempre habrá un escollo por donde se colarán.
Desde entonces ha llovido mucho y se ha escrito y pensado mucho sobre ello también, algunas de las frases murphynianas que se desarrollaron hasta hoy son también conocidas: Si se te cae una tostada con un lado esparcido de mantequilla, ese será el que caerá sobre el suelo; todo lleva más tiempo del que tu crees; nada es tan fácil como parece; cuando estás en una cola de tráfico, la tuya es siempre la que más lento avanza; si algo parece ir bien, evidentemente es que algo se te pasó por alto; cada solución genera nuevos problemas; si algo simple no puede ir mal, de todos modos irá mal.

Info sacada de wikipedia.org

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10/11/05

…sigue del anterior

Hay quienes prefieren el güisqui solo (a los que les gusta, claro), los demás lo prefieren mezclado con cola u otros. También se encuentra el tipo de personas que les gusta comerse un plato variado separadamente, es decir: sin mojar la salchicha en el huevo frito (por ejemplo) o sin mezclar el tomate al puré de patatas (con la comida, además, se me aparece la opción de aquellos que dejan la parte buena, la más sabrosa, para el final. Sin embargo, esto daría pie a otra clasificación -denominémosla Pacientes/no Pacientes???-  y por tanto ahora no nos incumbe). Se puede elegir entre tomar el café solo o cortado con leche; se puede comer el chocolate caliente o bien mezclando la nata de encima o bien comiéndose primero la nata y luego el chocolate. Los hay, por otra parte, que no mezclan negocios con placer o que no pueden estar haciendo dos tareas al mismo tiempo (hablar por teléfono y cortar cebolla, p.ej.); o los que prefieren no mezclar los porros con el alcohol (dedújase cualquier tipo de droga).
De todos estos tipos de personas y acciones/decisiones, se desprende un teoría, aunque claro está que, como todas las teorías, pueden cumplirse en un momento determinado y dejar de ser así en el siguiente. De ahí que los paradigmas sean solo eso: periodos temporales en que hay unidad de pensamiento sobre algo hasta que alguien más lúcido, o menos tonto que el resto, decide probar algo “inaceptable” o “imposible” para el conjunto de ovejitas creyentes, y resulta que desmonta, a partir de un “golpe de suerte”, todo el pensamiento y estudios acumulados a lo largo de centurias. Pues así sé yo que va a suceder: voy a instaurar mi paradigma particular sobre las “características que definen a las personas dependiendo de si prefieren mezclar o no mezclar”, que quizá solo acepte yo (pero y qué? mi mundo soy yo y por tanto yo instauro y yo derroco mis propios paradigmas) y probablemente solo entienda yo también.
Primero debo decir que, como muchos (o algunos de los pocos que leen o han soportado leer hasta aquí) ya os habréis percatado, la mayoría de ejemplos corresponden a decisiones tomadas al comer o injerir algún tipo de alimento/droga y solo unos pocos se corresponden con decisiones de tipo social, intelectual o moral. Eso se debe a que el hecho de alimentarnos o, generalizando, el hecho de tener que saborear algo, implica que nuestro YO más profundo, es decir, el más subconsciente, el más auténtico, aflore en el momento de tomar la decisión de cómo saborear aquello. Ese momento no implica ninguna precondición social, ni moral, ni intelectual, ya que se dispone de todo para mezclar, y por lo tanto la decisión es totalmente libre: interior. Así, si aceptamos que es cuando tomamos esa decisión cuando nuestro YO aflora ya que es la más animal, la más instintiva, podremos entonces conocer, mediante esa elección, las cualidades de ese YO.
Esa persona, la que mezcla, le gusta conocer cuales son las posibilidades de lo nuevo, la experimentación; la que no mezcla prefiere centrarse en lo que ya sabe, no le gustan las sorpresas que puedan decepcionarla, aunque esa misma persona, la que no mezcla, prefiere llegar al fondo de las cuestiones (como con el café solo: prefieren buscar la intensidad de ese café y no enturbiarlo con el sabor de la leche), busca las distintas facetas de un mismo suceso, lo raspa y lo indaga hasta encontrar el núcleo del error, o de la desesperación. En cambio las que mezclan prefieren saber un poco de todo y no llegan a conocer, por ser incapaces, la naturaleza escondida de cada hecho particular. No llegan a ser capaces de distinguir si aquello concreto sucedió del mismo modo anteriormente, aunque saben lo que generalmente provocó.
Los que mezclan creen en el orden de después, en el que se crea con la mezcla, los que no mezclan son metódicos y siguen una concepción estructural, lineal, del tiempo. Para ellos el tiempo es algo fraccionado que debe desarrollarse pautadamente; los que mezclan ven el tiempo algo fugaz, que sucede demasiado deprisa como para poder esperar. Así, ellos mismos temen que si no mezclan, no puedan ejercer su derecho a ello, mientras que los que no mezclan no pretenden abarcar, no se angustian por no descubrir más, sino que disfrutan con lo que ya se les ofreció.
Así, l@s mezcladores son inquietos, angustiosos, temerosos, curiosos, temerarios (no peyorativamente) e impacientes.
En cambio l@s que no mezclan son contemplativos, pausados, insidiosos, seguros, pacientes y conservadores.


1 de ...

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9/11/05

(Empecé un día a escribir, pero algo me estorbo y no pude seguir, aquello cociéndose deje, mas si no me encargo nadie podrá comer.)

Ya hace tiempo que quería contar lo que pienso con respecto a las mezclas. Las consecuencias que ello conlleva en el carácter de las personas son algo que no se ha tenido en suficiente importancia. Mucha gente desprecia las pequeñas ‘circunstancias’ que suceden por o debido a nuestra condición. Y es que ellas son las que nos ofrecen distintos tipos de clasificar a las personas. De personas y clases de personas hay muchas, casi tantas, o diría: tantas, como personas hay. Aunque podemos pertenecer a una clase concreta y a la vez formar parte de mil otras ‘clases concretas’, eso no evita que esas mismas clases puedan existir en si, y que yo, aquí y ahora, pueda describir uno de esas clasificaciones de tipos de clases de personas, aunque ello, como he dicho, no signifique que esos caracteres que componen esa clase concreta constituyan a Toda la Persona (esta introducción pretende sentar una base de pensamiento libre, sin justificaciones pero sin obligaciones ni totalizaciones; totalizar es arrogante y trajo miseria a lo largo de toda la Totalización, que además debemos soportar).
Mi parcela separadora, de la que quiero hablar, se divide entre la gente que mezcla las cosas y la gente que prefiere no mezclarlas. Es cierto que a pesar que dije que uno puede pertenecer a mil (o más) categorías distintas que categorizan o distinguen a las personas, el genero / subdivisión Mezclas, es bastante amplio. Aunque eso no me impide, bajo mi punto de vista, que pueda llegar a distinciones generales.

(No puedo terminar, primero me tengo que ir, luego me lo vienen a impedir)

como roma, todo arde

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1/11/05

lo que creemos empezar sin pensarlo
más luego, cuando le construimos el sentido,
le hallamos lo que no supimos darle.
se nos aparece lo que nunca imaginamos,
se nos vuelve distinto, se trastoca, se inventa a si mismo.

atmósferas de platino cuadrangular,
tintes mezclados con cualquier resultado.
despiértate de tu suenyo singular,
acaba contigo y déjame de lado.

…déjalo ya, no siento lo mismo.
apártate de la composición
vuélvete caótico, ya que tú!

vergüenza
de evitar la mierda.
en tu mente reside podrida
corrosiva hasta no poder alcanzar,
el quiste que tu, tu fin, tu medio dejasteis crecer.

llegando a entrever que lugar creaste ahí.
mentiras que te traicionaron.
bilis que no dejó admitir,
resacas de verdades ocultas.
debo entender que sí, se hizo justicia.

porque todo sentido
que empieza terminando
pasa a ser eso:
un terrible
sinsentido,
como tu
y yo,
como
esto
.



Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

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