termitas

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28/10/08

Todo debía ser aquel día. mientras veía sus hombros agazaparse para evitar mojarse sabía bien lo que ocurriría. hablábamos y hablábamos de aquel silencio. paró el reloj de girar y girar como nunca hasta aquel entonces había dejado de hacer, infatigable siempre sobre si mismo. grano a grano fuimos derramando los sueños de nuestro amor que de tan maravillosos tan increíbles parecían entonces. el reloj dejó de moverse a nuestro alrededor y de él arena empezó a caer, a irremediablemente vaciarlo todo. desvaneciendo los espejismos de la hipocresía, tomando conciencia de las palabras ocultas que amenazantes nos sobrevolaban, pidiendo ser dichas, aunque solo por compasión fuera. escondidas ya detrás de silencios que incomodaban y empezaban a ser insoportables (porque sabíamos lo que en realidad reprimían). gritos de auxilio y terror que emanaban angustiosos, incapaces de mutarse en sollozos de sinceridad. incapaces los dos estúpidos cobardes de mirar más allá de aquella extraña solución que nos envolvía en un manto de silencio, fruto del miedo a encontrarnos solos en el desierto. mientras tanto llovía y llovía dentro de aquellos muros que las palabras construyeron diáfanos y que el silencio, grano a grano incesante como la lluvia como ávida termita había empezado a desgastar, había empezado a corroer. convirtiendo el sudor del esfuerzo en arena, en desierto, aquel del cual ilusamente pretendíamos escapar.

Yo, aquí y ahora

1c

9/10/08

Son absurdas comunidades astrales, que me arrastran semanas y días sin escribir, sin leer, sin Tiempo, mi querido amigo el Tiempo, a quien vendí alguno de disponible a cambio de espacio; una mesa enorme preciosas estanterías que se caen y me arrastran hasta hoy.

Hasta aquí; sentado escuchando a Micah (preguntándose el porqué de tan larga espera) sellando correos que debieron salir antes, pero que sabía que solo hoy serían. Sintiéndome limpio y vacío al mismo tiempo, consciente de todo lo que envuelve la locura del espacio, lugar que caminamos pero que ante todo mentalmente creamos; recorridos olores carteles señales familiares, texturas fruterías silencios aprecios en aumento. Consciente de todo lo que envuelve la locura del cambio, mi piel mi ropa mi silencio mis limones, olvidada resquebrajada reencontrado saboreados.

Yo, aquí y ahora grito porqué nadie debería querer volver por imposibles caminos que pisadas desdibujaron. Yo, aquí y ahora, sueño en meteoritos que al entrar en la atmósfera arden y se esparcen en infinitas partículas. Aquí y ahora, despierto y no sé en cuál pedazo me desintegré ni donde fui a parar. Solo soy consciente de lo absurdo que puede llegar a parecer encontrarme yo, aquí y ahora, con todo por delante y nada por detrás, aquí y desde luego, ahora.


“el pasado es una invención del presente para justificarse”



Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado.

Juan Ramón Jiménez

anomalías habituales © 2009